domingo, 8 de febrero de 2009

La Excepción.

Hoy por misteriosas razones, desafiando mi agnosticismo, fui a un templo. Oré por todos aquellos que han hecho de mi vida algo muy valioso, pedí por mis seres más queridos. Recordé a mis queridos en el presente, a quienes ya partieron de este mundo pero que permanecen en mi corazón. Mientras permanecia con los ojos cerrados y las manos juntas, muchos momentos pasaron por igual en mi mente y mi corazón.

Hoy me percaté que muchas veces llevamos lastres, que hay acontecimientos que nos impiden empezar lo que en un momento tanto queremos, hay mucho de misterioso pero tambien de sensato en cada una de las cosas que elegimos hacer. Pero la voluntad, la integridad, el cariño, la sinceridad y el respeto resultan sumamente admirables y dignos de ejecutarse en la dimensión humana que ahora me correspondió existir.

Y yo ya elegí, la decisión espero sea la que me proporcione esa sensación de satisfacción al abrir los ojos cada mañana.

Sólo espero que tú tambien sientas lo mismo pronto. Y que no resulten dañadas las cosas más preciosas que se puede tener en la vida: Uno mismo y los más cercanos.

1 comentario:

Agus Lara dijo...

que hermoso lo que escribiste, la verdad a mi eso me pasó una vez, por casualidad oré por aquellos que tanto amo pero que al mismo tiempo tan poco tiempo les dedico y mas que nada por mi.. para poder sentirme mejor cada nueva mañana, aunque cada dia se me haga mas dificil :(. Te deseo lo mejor, un beso!