sábado, 25 de octubre de 2008

La nota es 20 sobre 10

Hola cómo estas. Todavía recuerdo lo que sucedió en la plaza de los besos. A la memoria regresa el perímetro de los acontecimiento inesperados. Y mi cara quema, la boca seca, los ojos ciegos y los cuerpos que se buscan. Perdimos el mapa, pero todavía tenemos la brújula. En verdad no me interesa si llegamos al norte o al sur, solo espero que me recuerdes en tus viajes y que sonrias al percibir cuando estoy cerca de ti. Que intercambiemos bromas y abrazos, secreto y decepciones, acciones y pensamientos, manos y dilemas, que permanezca la amistad.

No prometo olvidar, pues mentiría si es que afirmo que poseo el control absoluto de mi memoria, en cambio, haré todo lo posible para que las cosas sigan tan bonitas como continúan siéndolo. Las caminatas hacia la avenida de las olas , la algarabía y las vueltas al bailar en medio de las luces, la tranquilidad reposante sobre el pasto, el alimento abundante devorado con poca gracia, la sinceridad bajo el puente, la tranquilidad sobre las nubes que vuelan con el viento, las tardes con musica tierna, pasos azarosos que esperan encontrarse en un hasta luego, el tibio hábito de la compañía que nos hace sentir que el día siquiera tuvo algo de bueno, bonito y gratis.

Pero ... las pícaras salidas al interior malévolo y hedonista? Uvas con limón ? Inespera-dos los dos ? Por qué?

La noche se quiebra. Lo que va y viene en los dos no lo pienso dejar ir. El día nos despertará.