Las februcias divecantes
se mancetulian en mi pedrezca
quetujo plenispático
como un deforadonte,
bostidera olifasto...
Cómo te cenduero
y más necualiente
no güenturias, no
sólo funlideces ubimarias
para un apedreto lisomado
Pues no hay derfizlos
para irasiar este mudorío.